¿Qué conviene más solicitar una hipoteca o un préstamo para reformar una vivienda?

Con el paso de los años surge la necesidad de reformar nuestra vivienda para poder actualizarla y adaptarla a nuestras nuevas necesidades. Lo malo es que en la mayoría de los casos, una reforma integral supone una gran inversión de dinero y a veces necesitamos solicitar financiación, es entonces cuando surge la duda de cuál es la opción más rentable.

En Dr. House te explicamos si es mejor solicitar una hipoteca o es mejor un préstamo personal, en el caso de querer reformar una vivienda.

  • Si pedimos un préstamo personal para reformar la vivienda:

Por un lado, nos beneficiamos de una tramitación mucho más rápida y del hecho de que la entidad bancaria suele exigir menos requisitos para conceder el dinero. Los costes también son menores, incluyendo los gastos del notario por la escrituración pública de la contratación del préstamo.

Por otro lado, si ya contamos con hipoteca, habrá que tener en cuenta una cuota más junto con el gasto mensual. También hay que considerar que los tipos de interés en un préstamo son más elevados que los de una hipoteca y tienen un plazo de amortización más corto, por lo que la cuota suele ser bastante elevada.

  • Si vamos a solicitar una hipoteca para reformar la vivienda:

En este caso, existen dos opciones: que la vivienda ya esté pagada o que aún estemos pagando un préstamo hipotecario.

Si seguimos pagando la vivienda tenemos varias alternativas:

  • Pedir una segunda hipoteca para pagar la reforma, que podemos solicitar en la misma entidad bancaria o en una diferente pero teniendo en cuenta que tendremos que pagar dos letras de hipoteca.
  • Ampliar ese préstamo para pagar una sola cuota.

Las ventajas de un préstamo hipotecario es que tienen un tipo de interés menor que el préstamo personal y el plazo de amortización es más amplio por lo que las cuotas se reducen.

Los inconvenientes son que suelen tener gastos asociados más altos y los trámites y requisitos suelen ser más complicados, además de que la vivienda se convierte en una garantía en el caso de que no se puedan hacer frente a los pagos del préstamo.

Para elegir qué nos conviene más tenemos que analizar nuestras circunstancias personales, así como el dinero que vamos a necesitar y buscar asesoramiento profesional para tomar la mejor decisión.

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