El papel fundamental del inspector de viviendas en la compra de una propiedad

El inspector de viviendas es una figura fundamental pero poco conocida dentro del sector inmobiliario. Su intervención puede marcar la diferencia entre una experiencia de compra fluida o una llena de sorpresas desagradables. En Dr. House te explicamos qué hace un inspector de viviendas y por qué es tan importante antes de adquirir una propiedad de segunda mano.

 

Un inspector de viviendas es un profesional especializado en revisar las condiciones de una propiedad antes de que se realice la transferencia de la propiedad. Su labor consiste en proporcionar una evaluación técnica y objetiva del estado del inmueble, detectando posibles fallos o daños que puedan no ser visibles a simple vista. Aunque normalmente son los compradores quienes recurren a sus servicios, también pueden ser útiles para los vendedores, quienes podrían utilizarlos para conocer el estado real de la casa y evitar problemas legales relacionados con vicios ocultos.

 

Aunque no son obligatorias, las inspecciones de viviendas son altamente recomendadas, salvo que el contrato de compraventa establezca una cláusula que las haga obligatorias. A diferencia de una tasación, que evalúa el valor de la propiedad, la inspección se enfoca en examinar su estado físico.

 

Contratar un inspector de viviendas es una decisión inteligente si estás interesado en comprar una propiedad. Estos profesionales, generalmente arquitectos, poseen el conocimiento técnico necesario para identificar defectos que podrían generar gastos imprevistos en el futuro. Esto te permitirá negociar el precio de venta o incluso reconsiderar la compra si los daños son demasiado graves. Además, la inspección te proporcionará una estimación del costo de las reparaciones necesarias.

 

Los inspectores de viviendas suelen revisar aspectos clave de la propiedad, tales como la estructura (cimientos, paredes, techos), sistemas de seguridad (alarmas, pasamanos, sistemas contra incendios) y las instalaciones (plomería, electricidad, electrodomésticos). También examinan las superficies exteriores, el sistema de calefacción y refrigeración, y otros detalles como el estado del garaje, el sótano o el ático.

 

El precio de una inspección de vivienda varía según el tipo de inmueble y la empresa encargada del servicio. El costo promedio se encuentra entre los 300 y 400 euros para viviendas de segunda mano, mientras que las inspecciones de inmuebles comerciales suelen costar alrededor de 250 euros.

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